El otro dìa, mientras escuchaba al profesor de Botànica, me saltò el chip filosòfico que cada dos por tres me salta, metiendomè en un dilema existencial de esos que te ponen del orto. Mientras lo veía con su mochila, viajando xx horas para enseñar en una facultad, no pude evitar pensar si realmente rinden ciertos clichès que tenemos en nuestra sociedad, sobre todo en lo que respecta a "què camino seguir en nuestra vida".

La cuenta, ràpida porque la clase iba a las chapas y no daba colgarme mucho, la voy a desarrollar en los pròximos pàrrafos: Uno nace, tiene esos años dorados en los que solamente se disfruta, se juega y se divierte, la ignorancia de los temas "importantes" es nuestra mejor amiga. El jardìn, la primaria...hasta ahì casi te dirìa que llega mi cuenta, porque ya en la secundaria empiezan las cuestiones que van a condicionar tu vida para siempre.

Ya en la secundaria no estás inclinado a una especializaciòn que te guste, salvo muy raras excepciones. Despues en la facultad, el 95% de los pibes eligen la carrera en base a una simple premisa: Hacer guita. No pasiones, no vocaciones...no sueños de pendejo que se hacen realidad cuando uno ya es grande.

Acà viene el problema... uno pasa màs del 70% de su vida ocupado en cosas que realmente no quiere hacer para pasar el triste 30% restante "bien", disfrutando del fruto de su sacrificio. Y digo triste no por ser negativo ni nada de eso, sino porque lamentablemente cuando ya termina esa vertiginosa carrera por el "bienestar econòmico", uno ya es grande, mayor... no cuenta con la fuerza, el brillo ni la energìa que tenìa en la juventud. Bàsicamente se tira la mejor etapa de la vida, la de màs vitalidad, por el bienestar de la etapa màs sedentaria y en la que màs limitados estamos.

Una verdadera garcha no ?